¿Cuántas veces le ha ocurrido que a la hora de pasar el control de seguridad le obligan a deshacerse de los botes que contengan más de 100 mililitros?

Se trata de una escena muy común que se ve todos los días en todos los aeropuertos del mundo pero que mucha gente olvida y que se ve obligada a tener que tirarlos para poder avanzar en el control de seguridad. ¿A qué se debe esta limitación? ¿Cuándo entró en vigor por primera vez y por qué? ¿Se esperan cambios?

En primer lugar hay que conocer un poco la historia y razón de estas limitaciones:

Un gran sinfín de medidas de seguridad en los aeropuertos se comenzaron a adoptar en los últimos 20 años debido a los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York. Desde entonces, los controles en los aeropuertos comenzaron a ser más exhaustivos y se aplicaron nuevas normativas con el objetivo de fortalecer la seguridad.

Por razones lógicas hay artículos que no se pueden portar, aunque nos lo recuerdan en los aeropuertos: explosivos, pistolas, cuchillos… Pero otros más inofensivos como simplemente una botella de agua o una crema de manos que superen los 100 mililitros.

¿Cuándo entró en vigor por primera vez y por qué?

Esta medida nació en 2006, después de que en Europa varios terroristas intentaron hacer explotar algunos aviones con las llamadas bombas líquidas. Desde entonces, esta medida se enfoca en disminuir riesgos de incendio o actos malintencionados que puedan peligrar la seguridad del avión y de la totalidad de sus pasajeros

Hasta el momento solo se permiten en el equipaje de mano en los aviones líquidos en recipientes separados con una capacidad de hasta 100 ml y colocados en bolsas de plástico transparente, pero esto puede cambiar en el futuro. Sin embargo, en los aviones privados sí que se pueden portar botes de cualquier medida.

Por ejemplo, en el caso del equipaje facturado, puedes llevar todos los líquidos en la capacidad requerida, porque esta regla no se aplica cuando estás en el compartimento de carga y no en la cabina. 

¿Se esperan cambios?

Aparentemente, la regulación de líquidos en el equipaje de mano podría desaparecer gracias a la introducción de escáneres 3D de alta tecnología que pueden proporcionar una imagen más clara del contenido de una maleta a medida que pasa por la seguridad del aeropuerto.

Además, esta tecnología ya está en uso en aeropuertos estadounidenses como el de Hartsfield-Jackson en Atlanta y O'Hare en Chicago. Se espera que comiencen a operar en los principales aeropuertos del mundo para 2024, por lo que veremos nuevas regulaciones en Europa en los próximos años.

Sin embargo, ni AENA ni el Ministerio de Fomento se han pronunciado todavía al respecto ni han facilitado datos sobre cuándo podrá llegar la tecnología a los aeropuertos españoles y europeos, por lo que habrá que esperar a nuevas informaciones aunque se espera que estas entren en vigor a partir de 2024.

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