Ellen Church es recordada como la primera mujer en abrirse camino en la industria de la aviación al convertirse en la primera azafata del mundo. La historia comienza en 1904 en Iowa, Estados Unidos, donde Ellen, una joven apasionada por la aviación, estudió enfermería y consiguió la licencia de piloto. Mientras trabajaba como enfermera en un hospital en San Francisco en 1924, su amor y su interés por los aviones fue aumentando paulatinamente hasta el punto de convertirse en su mayor pasión. 

A pesar de los estereotipos de género de la época, Ellen no dudó en solicitar un trabajo como piloto en la compañía Boeing Air Transport, empresa por la cual siempre pasaba cerca en su vuelta a casa, pero su solicitud fue rechazada. Sin embargo, el responsable, Steve Stimpson, propuso la idea de incorporar un ayudante en el vuelo para que el copiloto no tuviera que dejar su puesto para atender a los pasajeros. Stimpson pensó que una enfermera podría ser muy útil en los vuelos de cara a resolver cualquier posible incidente que pudiese ocurrir tanto sanitario como de atención personal.

Después de varias reuniones entre Ellen y Steve, la compañía finalmente aceptó la idea y contrató a Ellen como la primera azafata de la historia. El 15 de mayo de 1930, a los 23 años, trabajó en su primer vuelo entre Oakland y Chicago en un Boeing 80-A que duró 20 horas y requirió 13 escalas.

Sus funciones como azafata eran muy diferentes a las de hoy en día. Ellen se encargaba de comprobar la seguridad de los asientos, preparar los instrumentos de vuelo para los pilotos, ayudar con el equipaje y hasta conducir el avión al hangar. Además, ofrecían servicios básicos a bordo, como comidas en vajilla de porcelana (que más tarde fue reemplazada por otros materiales debido a su fragilidad) y ayudar a tranquilizar a los pasajeros nerviosos. 

Este tipo de servicios fue muy bien recibido entre los pasajeros, por lo que años después, la compañía Boeing Air Transport nombró a Ellen jefa del servicio a bordo y le encargó la formación de siete enfermeras más para que fueran azafatas.

Para ser azafata, se requerían ciertos requisitos mínimos, como tener estudios de enfermería, ser soltera, tener una edad máxima de 25 años, un peso máximo de 52 kg y una estatura de alrededor de 1,60 m.

En la actualidad, para entender el papel de las mujeres en la aviación, es importante recordar a Ellen Church como una de las pioneras en el campo. A pesar de las barreras y estereotipos de género en su época, ella logró superarlos y abrió camino para otras mujeres en la aviación. Su contribución al servicio a bordo y a la formación de otras azafatas ayudó a mejorar la experiencia de los pasajeros y a cambiar la percepción de las mujeres en el campo de la aviación. Además de romper una barrera importante en cuanto a la inclusión de la mujer dentro de la industria, Ellen se convirtió en un ejemplo de mujer trabajadora en su época.

Hoy en día, las azafatas son un pilar fundamental en el funcionamiento de un avión y su seguridad. Las azafatas son responsables de proporcionar atención al cliente y seguridad a los pasajeros durante el vuelo. También ayudan a los pasajeros con problemas médicos o de emergencia, verifican la seguridad de la cabina antes del despegue y durante el vuelo, y sirven comida y bebida. Al mismo tiempo ayudan con los procedimientos de emergencia y trabajan con el equipo de vuelo para garantizar un vuelo seguro y cómodo para todos los pasajeros.

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