¿Te imaginas volar sin descanso durante más de 23 días? En 1930, los hermanos Hunter lo hicieron posible, estableciendo un asombroso récord de resistencia en la aviación que perdura hasta hoy. Con un espíritu indomable y un fuerte lazo familiar, estos pioneros desafiaron los límites del cielo. Acompáñanos en este viaje a través de su extraordinaria historia, donde la valentía y la pasión por volar se convierten en un legado inspirador.
Desde el primer vuelo motorizado realizado por los hermanos Orville y Wilbur Wright el 17 de diciembre de 1903 en Kitty Hawk, Carolina del Norte, la aviación ha sido un campo de constante innovación y aventura. La historia de los vuelos no solo está marcada por hazañas tecnológicas, sino también por los audaces pioneros que se atrevieron a desafiar los límites. Entre ellos se encuentran los hermanos Hunter, quienes lograron establecer un récord mundial de vuelo ininterrumpido que sigue siendo asombroso más de 90 años después.
La historia de la aviación dio un giro significativo con el célebre vuelo de Charles Lindbergh en 1927, cuando se convirtió en el primer hombre en cruzar el Atlántico solo. Este evento inspiró a muchos a buscar nuevos récords en el cielo, incluyendo el desafío del vuelo más largo sin aterrizar. Los Hunter, una familia de seis hermanos nacidos en Illinois, serían protagonistas en esta búsqueda.
Albert, Mabel, Irene, John, Walter y Kenneth Hunter crecieron en Six Mile Prairie, Illinois. Tras la muerte de su padre en un accidente, los hermanos tuvieron que adaptarse y trabajar para mantener a su familia. Su aventura aeronáutica comenzó en 1924, cuando compraron un avión J-1 Army y aprendieron a volar. En poco tiempo, se convirtieron en un espectáculo aéreo conocido como “The Hunter Flying Circus”, realizando acrobacias y vuelos de bautismo en ferias locales.
En 1929, los hermanos Hunter intentaron establecer un récord de vuelo ininterrumpido. Despegaron con el Stinson SM-1 Detroiter llamado “Chicago We Will” y volaron durante 11 días (264 horas) antes de ser forzados a aterrizar debido a condiciones meteorológicas adversas. Sin embargo, este revés no los desanimó; estaban decididos a intentarlo de nuevo.
Con renovada determinación, el 11 de junio de 1930, John y Kenneth Hunter despegaron del aeropuerto Sky Harbor de Northbrook, Illinois, en un Stinson SM-1 Detroiter rebautizado como “City of Chicago”. Su objetivo: superar el récord establecido por Dale Jackson y Forrest O'Brine, que era de 17 días y más de 12 horas en el aire. Los Hunter, junto con sus hermanos Albert y Walter, que se encargaron del reabastecimiento, realizaron una meticulosa preparación para su intento. Se despojaron de los asientos no esenciales del avión para hacer espacio y reducir peso.
La logística del reabastecimiento fue crucial, ya que Albert y Walter volaban en el Big Ben para suministrar combustible y otros recursos esenciales a los hermanos en vuelo. Inicialmente, el reabastecimiento entre el Big Ben (arriba) y el avión del intento del récord (abajo) se realizó cada seis horas pero, después de una semana en el aire, comenzó a hacerse cada tres, debido a una fuga en uno de los tanques de combustible del City of Chicago.
En distintas ocasiones, tanto John como Kenneth salían del cockpit y se deslizaban sobre un soporte que se fijó en el fuselaje, desde la cabina hasta la nariz del avión, para cambiar las bujías, reponer el aceite o incluso ajustar los pernos del motor.
El vuelo de los Hunter se convirtió en un espectáculo mediático, atrayendo la atención de miles de espectadores en el aeropuerto Sky Harbor. La comunicación entre los aviones se realizaba mediante notas escritas, y la familia Hunter apoyó incondicionalmente a los hermanos en su hazaña. Mientras John y Kenneth navegaban por el aire, su madre y hermana preparaban comidas y mantenían el suministro de ropa limpia. A medida que se acercaban al récord, la tensión y la emoción aumentaban. Los problemas mecánicos comenzaron a aparecer, y el reabastecimiento pasó de cada seis horas a cada tres debido a fugas de combustible. Sin embargo, la determinación de los hermanos Hunter nunca flaqueó.
Finalmente, el 29 de junio de 1930, el “City of Chicago” superó el récord de resistencia. John, al mando, realizó un vuelo rasante sobre el aeropuerto mientras Kenneth saludaba a una multitud entusiasta de 75,000 personas. Cuatro días después, el 4 de julio, aterrizaron después de haber estado en el aire durante 553 horas, 41 minutos y 30 segundos, es decir, 23 días completos, estableciendo un nuevo récord mundial de vuelo ininterrumpido.
Este fue el registro que John y Kenneth Hunter confeccionaron cada media hora con el control de las RPM del motor, presión y temperatura del aceite, velocidad y altitud del avión, y fue realizado el viernes 4 de julio de 1930, el último día del vuelo en que establecieron el nuevo récord mundial.
La hazaña de los hermanos Hunter no solo les otorgó fama y reconocimiento; también se convirtieron en símbolos de perseverancia y trabajo en equipo. Firmaron contratos con empresas de cine y fueron entrevistados por medios de comunicación de todo el mundo. A través de su esfuerzo, lograron inspirar a futuros aviadores y recordaron al mundo que los límites de la aviación estaban destinados a ser desafiados. Aún más notable fue que el 24 de diciembre de 1930, John voló con varios amigos en un matrimonio que tuvo lugar en el aire, destacando la alegría que la aviación trajo a su vida personal.
En las décadas posteriores se siguieron rompiendo records de horas de vuelo continuo, alzándose con la medalla de oro en 1959 de la mano de los pilotos Robert Timm y su copiloto John Cook, con un total de 64 días, 22 horas y 19 minutos en una Cessna 172 modificada.
La historia de los hermanos Hunter es un testimonio de la audacia humana y el espíritu aventurero. Desde su modesto comienzo hasta establecer un récord mundial, su viaje es un recordatorio de que el cielo no es el límite, sino solo el comienzo. Con su legado perdurando en la historia de la aviación, los Hunter siguen inspirando a generaciones a soñar y alcanzar las alturas más extraordinarias.
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